El abogado Jeffrey Catalano ayudó a obtener un acuerdo de $1.100.000 para un hombre de 64 años que murió tras verse obligado a esperar horas en urgencias a pesar de que un TAC mostraba una embolia pulmonar bilateral.
El 22 de abril de 2015, un hombre de 64 años ingresó en el servicio de urgencias del hospital con quejas principales de dificultad respiratoria y coágulos de sangre en las extremidades inferiores.
Unas cuatro semanas antes, el hombre había sido operado de la fractura de su tobillo izquierdo tras resbalar en el hielo.
Tras ser examinado inicialmente por una enfermera del servicio de urgencias, el hombre fue enviado a la sala de espera. Más de dos horas después, fue examinado por un auxiliar médico del servicio de urgencias, que anotó en la historia clínica que el hombre se quejaba de falta de aire y necesitaba respirar con frecuencia entre palabra y palabra. Pasó otra hora antes de que un médico del servicio de urgencias examinara al hombre.
Unos 90 minutos más tarde (más de cinco horas después del ingreso), se le hizo un TAC que reveló una embolia pulmonar bilateral y una posible sobrecarga del corazón derecho. A pesar de estos hallazgos críticos, no se le ingresó en cuidados intensivos para vigilarlo de cerca. Finalmente se le administró heparina y se le ingresó en una planta de medicina general no monitorizada, aunque se le obligó a esperar para conseguir una habitación.
Más de 10 horas después de ingresar por primera vez en el hospital, el hombre fue finalmente trasladado a la planta general. Poco después, entró en parada cardiaca debido a una embolia pulmonar y fue declarado muerto tras 50 minutos de intentos de reanimación cardiopulmonar.
La viuda del hombre alegó en su demanda por homicidio culposo que varios profesionales médicos que examinaron al hombre en el servicio de urgencias incumplieron su deber de diligencia al no reconocer con prontitud su estado de salud de alto riesgo y no ingresarlo en la UCI para vigilarlo de cerca en caso de deterioro rápido.
El perito médico del demandante opinó que el tratamiento anticoagulante debería haberse administrado en la hora siguiente al ingreso en urgencias.
Los demandados impugnaron la responsabilidad alegando que nada de lo que hicieron o dejaron de hacer causó o contribuyó a la muerte del hombre. Afirmaron que, durante su estancia en el servicio de urgencias, el paciente no se quejó de dolor torácico ni de dificultad respiratoria, que estuvo consciente hasta el momento en que sufrió la parada cardiaca y que su corazón estaba hemodinámicamente estable. El demandante llegó a un acuerdo con el hospital antes del juicio.