En el contexto de los litigios por lesiones personales, los registros médicos desempeñan un papel fundamental. De acuerdo con el Capítulo 233 de las Leyes Generales de Massachusetts, sección 79G, los registros médicos de un médico u hospital tratante son admisibles en el juicio. Esto significa que el jurado que estudia su caso puede leerlos y considerar todo lo que contienen como prueba. Sin embargo, esto puede ser un arma de doble filo para los demandantes. Es ciertamente útil que estos registros puedan ser puestos como evidencia para ayudar al demandante a probar su caso. Sin embargo, por desgracia, los historiales médicos suelen contener errores que pueden crear grandes dolores de cabeza a los demandantes.
Por ejemplo, en un caso reciente, un médico se refirió por error a una lesión en la mano derecha del demandante, cuando en realidad la lesión se produjo en la mano izquierda. Aunque el demandante alegó que se trataba de un simple descuido, éste permitió al demandado argumentar que las alegaciones del demandante eran fraudulentas. Otro problema que a menudo aparece en los historiales médicos es la tendencia de los médicos a incluir información irrelevante que hace quedar mal al demandante. Por ejemplo, no es infrecuente que una historia clínica contenga referencias a las quejas del demandante sobre un litigio en curso.
Una cuestión más problemática surge cuando las referencias en los registros médicos crean contradicciones para el testimonio del demandante. Durante el litigio, si se toma la deposición del demandante, el abogado de la defensa a veces preguntará sobre las actividades que el demandante está limitado a hacer debido a su lesión. Un demandante mal preparado puede ser sorprendido y testificar que no puede realizar una determinada actividad, como palear la nieve. Más tarde, puede aparecer un registro médico que afirme que el demandante trató de palear su camino de entrada y sintió un inmenso dolor después. Aunque el demandante se haya olvidado de su intento de quitar la nieve durante la declaración, el abogado de la defensa puede aprovechar el historial médico para hacer creer que el demandante estaba mintiendo.
Estas cuestiones ponen de manifiesto la importancia de contratar un abogado con una gran experiencia en derecho de daños personales. Un abogado con experiencia sabe qué cuestiones hay que destacar en el historial médico y puede trabajar con el demandante para evitar posibles problemas antes de que surjan. Además, un buen abogado aconsejará a su cliente que tenga cuidado con lo que le dice a su médico, porque todo lo que diga puede acabar en un expediente médico que podría utilizarse en su contra.