Muchas veces, la primera línea de atención médica para tratar lesiones traumáticas o problemas médicos graves es el Servicio de Urgencias de su hospital local. Suele ser el primer lugar al que alguien acude si se produce un cambio repentino o drástico en su estado de salud habitual, a veces en mitad de la noche. Acudir a urgencias es una situación muy estresante en la que el paciente depende de la toma de decisiones médicas inmediatas y hábiles. Se calcula que en los últimos 15 años el número de visitas a los servicios de urgencias ha aumentado en aproximadamente 40% en todo el país. Esto supone hasta 31 millones o más de visitas a urgencias al año.
Se supone que los médicos, las enfermeras y el resto del personal de urgencias están plenamente capacitados para reconocer los problemas médicos que pueden poner en peligro la vida del paciente y para atenderlos de manera oportuna y competente. El personal de urgencias debe cumplir la norma de atención aplicable para el médico o la enfermera calificados promedio al tratar a un paciente bajo su cuidado, y hacerlo de manera que garantice la salud y la seguridad del paciente. Esto incluye la elaboración de una historia clínica cuidadosa, la documentación de las quejas del paciente y de sus signos vitales, la realización de un examen exhaustivo, la solicitud de las pruebas adecuadas y la búsqueda de los signos y síntomas que deben guiar al proveedor de servicios médicos para decidir cuál es el problema y cuál debe ser el curso de tratamiento adecuado.
Los errores pueden ocurrir
A veces, las cosas en la sala de urgencias salen mal. Las radiografías pueden leerse mal, los médicos o enfermeras menos cualificados pueden no reconocer los signos y síntomas de un evento médico catastrófico inminente, los pacientes pueden recibir la medicación equivocada y otros pueden ser enviados a casa con un diagnóstico erróneo. Estos errores pueden deberse a las barreras lingüísticas o a que las salas de urgencias están abarrotadas o carecen de personal suficiente. Pero normalmente se deben a una falta de atención a la hora de tratar a un paciente o un problema médico concreto. Cuando se comete un error en la sala de urgencias, puede tener consecuencias de largo alcance, permanentes y a veces devastadoras para el paciente y su familia.
¿Ha sido usted víctima de una negligencia en urgencias?
No diagnosticar un infarto de miocardio o un ictus, no reconocer una lesión grave en la cabeza o una hemorragia cerebral, no detectar un tumor u otra anomalía en una radiografía o un TAC, no diagnosticar una fractura... son sólo algunos de los tipos de problemas médicos que pueden producirse si el personal de urgencias no está lo suficientemente atento, no ha recibido la formación adecuada o simplemente pasa por alto algunos de los indicios importantes cuando se trae a un paciente. Trágicamente, algunos de estos errores médicos pueden resultar en un deterioro permanente, parálisis o incluso la muerte. El hecho de que un médico o una enfermera no cumplan con las normas de atención adecuadas al tratar un problema médico concreto en una sala de urgencias puede constituir una negligencia médica por la que el paciente o su familia pueden reclamar daños y perjuicios.
Si usted cree que usted o un ser querido puede ser víctima de un error en la sala de emergencias, y sufrió una complicación grave o una lesión permanente, póngase en contacto con los abogados de Keches Law Group, P.C. para una consulta gratuita. Nuestros abogados tienen muchos años de experiencia y son expertos en la revisión de los registros médicos para determinar si se ha producido un error médico. Le ayudaremos a guiarle a través del complejo y desafiante panorama legal de un caso de negligencia médica.
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